domingo, 22 de noviembre de 2009

A day in the life

Hoy se celebra mundialmente el Día de la Música, una especie de convención afortunadamente transgredida día tras día, porque es inconcebible un día sin música. Aunque no la escuchemos. O no nos demos cuenta de que está. Nuestro ritmo interno, nuestros corazones latiendo, nuestro ritmo respiratorio, nuestra cadencia al caminar son música; producen (valga la reiteración) ritmo. Ha sido así desde el comienzo, e incluso antes de que hubiera hombres sobre la tierra, porque lo mismo podemos decir de los animales (muchos de ellos produciendo verdadera música, como las ballenas o los pájaros). La cuestión es que el hombre encontró la forma de darle sentido a ese ritmo mecánico que su cuerpo produce naturalmente, y se dió cuenta de que podía establecer comunicación con sus semejantes, utilizando su cuerpo, su voz, como medio, elevándola cuando la distancia con los otros lo requiriese. Y así llegó el momento en que la distancia superaba la capacidad de la voz y descubrió que golpeando troncos de árboles (por ejemplo) podía proyectar el sonido más lejos de lo que podía con la voz. Y también descubrió que según la caracteristicas de los troncos, podía obtener diferentes tonos en el sonido. Y es inevitable pensar que también descubrió que podía utilizar esto para otras funciones, hablarle a sus dioses o declarar su amor. Y al perfeccionar y diferenciar estos métodos y crecer sus necesidades de expresión, comenzó a darle identidad a su tribu y a necesitar más elementos para expresar esa identidad. Y así (expresado en forma simple) debe haber ideado nuevos elementos con los que hacer música, dando paso a los instrumentos y a la combinación de distintos sonidos, ya que la teoría moderna nos dice precisamente eso: la música es el arte de combinar los sonidos de acuerdo a reglas establecidas (o afortunadamente no tanto y sigue siendo arte). Y es curioso ver que todo este razonamiento nos muestra que las "tribus", a través de las épocas y los lugares, seguimos manifestando identidades y preferencias con las diferentes tendencias musicales, es decir que la música sigue siendo, de una u otra forma, fundamental en nuestras vidas y parte indivisible.
En el Día de la Música nuestro tributo a todos los que la hacen y los que la aman, sean o no músicos, a los que la estudian y a los que simplemente la sienten, a los que viven de ella y a los que le dan vida, y principalmente a todos aquellos que, en algún rinconcito del planeta, se sientan sin público y sin testigos, a golpear rítmicamente un tronco hueco, porque de alguien como ellos, nació todo.


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