lunes, 1 de diciembre de 2008

George Harrison


El 29 de Noviembre de 2001 fallecía George Harrison, como mal se tradujo, el Beatle Quieto, cuando en realidad la traducción correcta es el Beatle Callado o el Beatle Tranquilo, porque eso es lo que era George, un ser callado y calmo, con una enorme capacidad de ver la vida a través de un cristal de lucidez que transformaba cada uno de sus actos en luminosa sabiduría.

George amó las guitarras desde chico y en la escuela pasaba horas llenando hojas de cuaderno con dibujos de guitarras. Dos años menor que John Lennon, y un curso por detrás de Paul McCartney, le costó mucho tiempo ser aceptado en el grupo The Quarrymen debido a la diferencia de edad. Finalmente, y en un viaje en omnibus, pudo demostrar sus habilidades con las seis cuerdas de manera tal que a John no le quedó más remedio que aceptarlo. De ahí en más fueron inseparables y llegó finalmente a formar parte de la banda por mérito propio, foguéandose junto a los otros integrantes (Paul, John, Pete Best y Stuart Sutcliffe) en innumerables presentaciones locales y en las famosas temporadas en Hamburgo. Cuando la fama alcanzó a la banda (ya había muerto Stuart Sutcliffe) y Pete Best fue reemplazado por Ringo Starr, George junto a este último fue eclipsado por las dos personalidades fuertes que eran John y Paul, y sólo hacia el final de la carrera de The Beatles pudo comenzar a demostrar que su talento era tanto como el de sus compañeros. Después de la disolución afloró mucho del trabajo que George había realizado y que nunca vió la luz dentro de The Beatles. Un estupendo álbum triple (All things must pass) dio cuenta de su capacidad creativa y de su talento. Luego sus álbumes fueron enhebrados por una coherencia que no muestran los trabajos de sus compañeros y a pesar de eso, la crítica fue siempre lapidaria con él.

Siempre mantuvo firme su amor por las culturas y religiones de oriente y su filosofía de vida fue ser un hombre antes que una estrella, y con ello logró brillar más que muchos.

También era un enamorado de la jardinería y, paradójicamente, de los autos y los motores, no pudiendo resistir escaparse de incógnito a presenciar las carreras del circuito internacional de Fórmula 1.

En los últimos tiempos, y a pesar de que su salud se deterioraba en forma acelerada, dejó preparado un un estupendo trabajo: Brainwashed, que fue editado póstumamente.

Hoy, como dice la canción Photograph (de Ringo), sólo nos queda el recuerdo, conmovernos con el estremecedor parecido de su hijo Dhani, y escuchar una y otra vez sus magníficas canciones dentro y fuera de The Beatles.

Para George, un beso muy grande dondequiera que esté.


Gracias a Thomas Alva Edison


El 6 de Diciembre de 1877, Thomas Alva Edison, por entonces de treinta años, termina el primer diseño de su fonógrafo, dándole a su mecánico, John Kreusi, los planos para construirlo. Treinta horas después el aparato estaba terminado, pero Kreusi le apuesta u$s 2.- al inventor a que la máquina no iba a funcionar. Edison, seguramente no dispuesto a perder un par de dólares, probó inmediatamente el fonógrafo, diciendo una rima infantil, "Mary had a little lamb" (María tenía un corderito) frente a la boquilla. Para su asombro, la máquina reprodujo sus palabras. Thomas Alva Edison graba así las primeras palabras de la historia, utilizando un cilindro y hoja de aluminio, constituyendo de esta manera un primer paso hacia la grabación de sonidos. El 24 de diciembre de ese año documenta una solicitud de patente por su Fonógrafo y en febrero del año siguiente recibe la patente 200.521 por el Fonógrafo utilizando cilindros envueltos con papel de estaño con capacidad de 2 a 3 minutos de grabación.

Gracias a la inventiva de aquel joven podemos hoy disfrutar (entre otras muchas aplicaciones) de la música grabada en los formatos y fidelidad que conocemos. Si no fuera por aquella idea, mucho de lo que sencillamente nos parece normal y cotidiano, no sería posible. Nuestro homenaje y nuestro agradecimiento a Thomas Alva Edison.
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