El 29 de Noviembre de 2001 fallecía George Harrison, como mal se tradujo, el Beatle Quieto, cuando en realidad la traducción correcta es el Beatle Callado o el Beatle Tranquilo, porque eso es lo que era George, un ser callado y calmo, con una enorme capacidad de ver la vida a través de un cristal de lucidez que transformaba cada uno de sus actos en luminosa sabiduría.
George amó las guitarras desde chico y en la escuela pasaba horas llenando hojas de cuaderno con dibujos de guitarras. Dos años menor que John Lennon, y un curso por detrás de Paul McCartney, le costó mucho tiempo ser aceptado en el grupo The Quarrymen debido a la diferencia de edad. Finalmente, y en un viaje en omnibus, pudo demostrar sus habilidades con las seis cuerdas de manera tal que a John no le quedó más remedio que aceptarlo. De ahí en más fueron inseparables y llegó finalmente a formar parte de la banda por mérito propio, foguéandose junto a los otros integrantes (Paul, John, Pete Best y Stuart Sutcliffe) en innumerables presentaciones locales y en las famosas temporadas en Hamburgo. Cuando la fama alcanzó a la banda (ya había muerto Stuart Sutcliffe) y Pete Best fue reemplazado por Ringo Starr, George junto a este último fue eclipsado por las dos personalidades fuertes que eran John y Paul, y sólo hacia el final de la carrera de The Beatles pudo comenzar a demostrar que su talento era tanto como el de sus compañeros. Después de la disolución afloró mucho del trabajo que George había realizado y que nunca vió la luz dentro de The Beatles. Un estupendo álbum triple (All things must pass) dio cuenta de su capacidad creativa y de su talento. Luego sus álbumes fueron enhebrados por una coherencia que no muestran los trabajos de sus compañeros y a pesar de eso, la crítica fue siempre lapidaria con él.
Siempre mantuvo firme su amor por las culturas y religiones de oriente y su filosofía de vida fue ser un hombre antes que una estrella, y con ello logró brillar más que muchos.
También era un enamorado de la jardinería y, paradójicamente, de los autos y los motores, no pudiendo resistir escaparse de incógnito a presenciar las carreras del circuito internacional de Fórmula 1.
En los últimos tiempos, y a pesar de que su salud se deterioraba en forma acelerada, dejó preparado un un estupendo trabajo: Brainwashed, que fue editado póstumamente.
Hoy, como dice la canción Photograph (de Ringo), sólo nos queda el recuerdo, conmovernos con el estremecedor parecido de su hijo Dhani, y escuchar una y otra vez sus magníficas canciones dentro y fuera de The Beatles.
Para George, un beso muy grande dondequiera que esté.