Tal vez un adiós inesperado, a veces, duela más que el otro, el que presentimos, el que tenía que suceder, aunque no podamos medirlo así. Estos adioses inesperados son la certeza del nunca más, la irreversebilidad que paraliza.
Hace 19 años moría en un accidente aéreo Stevie Ray Vaughan. Un violero excepcional. Una presencia desafiante en vivo. Un enamorado de su instrumento, que comenzara a estudiar casi por casualidad.
Como diría Lennon en ocasión de un reportaje sobre la disolución de los Beatles, nos queda su música, sus discos, sus videos.
Y un Scuttle Buttin' en vivo que supera a la versión del disco.
A brillar, Stevie!!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario