Rubén Basoalto, baterista de una de las bandas fundacionales del rock nacional como lo es Vox Dei, falleció luego de un delicado problema que derivó en un intervención cerebral de la que no pudo recuperarse. Rubén había nacido en Quilmes y junto a Ricardo Soulé, Willy Quiroga y Juan Carlos Godoy formó Vox Dei. Luego de retirarse Godoy, Vox Dei continuó su carrera como trío y la batería de Rubén fue siempre la ideal y adecuada para la banda.Tuvimos la suerte y el honor de concocerlo, de saber de su simpleza, de su autenticidad, de su frontalidad, de su vehemencia y su pasión por la música, por la vida, por su instrumento. Siempre decía que aunque tuviera 90 años iba a pedirle al que tuviera cerca "armame los platos", porque quería seguir tocando toda la vida. Se fue una parte de la historia del rock nacional, se fue un grande, a quien le debemos muchos momentos musicales y el aporte de su batería en grandes álbumes, entre ellos, nada más y nada menos que La Biblia. "Todo concluye al fin, nada puede escapar...todo tiene un final, todo termina, tengo que comprender, no es eterna la vida..." cantaba Vox Dei. Y es así, pero a la vez el recuerdo de los grandes no termina, sigue en aquellos que recogen su legado. Rubén va a estar vivo en cada pibe que pegue un par de palazos en un redo en cualquier barrio, en cualquier banda, en cualquier canción. Algo de él va a guiar sus palillos, porque ya es parte de la historia. Un beso muy grande para él, dondequiera que esté.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
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